
La reforma policial que pone a Neuquén a la vanguardia
Una historia de transformación que da nacimiento a la nueva Policía de Neuquén. Tras años de atraso normativo, la Provincia aprobó una ley que moderniza su fuerza policial, incorpora derechos y reconoce la experiencia de sus agentes.
Todo comenzó con una pregunta incómoda pero necesaria: ¿cómo puede una fuerza policial responder a los desafíos del presente con leyes del pasado? La respuesta, impulsada por el ministro de Seguridad Matías Nicolini, fue clara: Neuquén debía reescribir las reglas de su propia seguridad. No solo para combatir el delito, sino para construir una fuerza más humana, cercana y eficiente.
La antigua Ley Orgánica de la Policía había quedado rezagada. Su estructura, diseñada para otro tiempo, ya no dialogaba con el nuevo Código Procesal Penal neuquino, ni con los estándares de derechos humanos, perspectiva de género y transparencia que exigen las sociedades actuales. Así nació una reforma ambiciosa que -en palabras del ministro- “coloca a Neuquén a la vanguardia en materia de seguridad y derechos humanos”.
Una Policía para toda la provincia
Uno de los ejes más innovadores de la nueva ley es la descentralización operativa. Por primera vez, se crean Coordinaciones Regionales (como Confluencia, Interior, Género y Minoridad, Investigaciones y Antinarcóticos), alineadas con el proceso de regionalización impulsado por el gobernador Rolando Figueroa. Esto permitirá respuestas más rápidas, adaptadas a las particularidades de cada zona de la provincia.

Además, la fuerza contará con nuevas Superintendencias de Recursos Humanos, Asuntos Internos y Logística, que profesionalizan la estructura y mejoran la gestión interna.
Derechos humanos: el corazón de la reforma
Lejos de ser una mera actualización técnica, esta ley coloca a los derechos humanos en el centro del modelo policial. Fue elaborada con el acompañamiento de ONU Mujeres y la supervisión directa del gobernador, incorporando transversalmente perspectivas de género, diversidad y discapacidad.
“No se trata solo de mejorar operativamente, sino de transformar la forma en que concebimos la seguridad. Una fuerza moderna no se mide solo por la cantidad de patrulleros, sino por su capacidad de ser cercana, respetuosa y eficaz”.
Matías Nicolini, ministro de Seguridad de Neuquén.
Por ejemplo, se eliminaron las penalizaciones por licencias de maternidad, salud o género, y se equipararon las licencias parentales al marco legal vigente. En un gesto que marca un nuevo estándar ético, también se fortalece el control sobre el personal mediante exámenes psicofísicos y antidrogas para garantizar el profesionalismo y la transparencia.
Una carrera policial que reconoce experiencia y promueve vocaciones
La ley también moderniza la carrera dentro de la fuerza. Se crean nuevos grados —como “Oficial Subayudante” y “Suboficial Mayor de Primera y de Segunda”— y se da libertad al personal para optar entre el régimen anterior o el nuevo. “Esto quiero que quede bien claro, ya que la intención de este proyecto de ley es que el personal que tenga mucha experiencia pueda seguir volcándose a nuestra institución y principalmente a los ingresantes. Pero, reitero, no implica obligación, pueden seguir con el régimen anterior y retirarse”, remarcó el ministro Matías Nicolini.

Incluso el personal civil, que históricamente quedó rezagado, ahora tendrá un régimen propio que reconoce su rol dentro de la institución.
Innovación, inclusión y vocación
Entre las medidas más destacadas, se habilita al personal policial a ejercer la docencia, incluso si tienen sanciones leves, y se permite sumar servicios adicionales sin afectar su carrera. También se establece que quienes hayan trabajado en el Poder Ejecutivo no verán afectadas sus posibilidades de ascenso o retiro.

“Esta reforma es integral”, explicó el ministro. “No se trata solo de mejorar operativamente, sino de transformar la forma en que concebimos la seguridad. Una fuerza moderna no se mide solo por la cantidad de patrulleros, sino por su capacidad de ser cercana, respetuosa y eficaz”.
Una visión integral desde el derecho
Para Nicolini, abogado de formación, esta ley es mucho más que una herramienta técnica. Es el resultado de una mirada jurídica que busca armonizar la función policial con el marco normativo y social del siglo XXI. “La seguridad requiere eficacia, sí, pero también un compromiso real con los derechos humanos, la equidad y la rendición de cuentas”, subrayó.
Así, Neuquén da un paso firme hacia el futuro. No solo para combatir el delito, sino para construir una fuerza de seguridad ejemplar: transparente, humana y de vanguardia internacional.
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