Desamor a punto de cumplir los 60: la experiencia hecha libro de Marcelo desde Roca

Él mismo asume que la suya, entre los hombres, es una generación con grandes trabas para hablar de lo que sienten. Sin embargo, varios duelos en simultáneo lo hicieron sentarse a escribir, como en sus años de secundaria.

Desamor tras una separación, después de 35 años de casado. Y desamor cuando no fue correspondido ese flechazo que lo sorprendió, llegando casi a los 60. La historia pertenece a un trabajador de supermercado, técnico de fútbol adaptado, que se animó a hacer lo que muchos hombres de su edad no se permiten: reconocer lo que sienten y ponerlo en palabras. Su libro “Despojos”, editado por un taller de Roca, fue el resultado de ese proceso. 

Marcelo Fernández es el protagonista de este relato, que llegó a Diario RÍO NEGRO entre las propuestas de los lectores para las Historias Inspiradoras (ver casilla de contacto al final de la nota). Nacido en Roca, criado en barrio San Martín, tiene hoy 58 años y en vez de hacerse “el fuerte”, eligió compartir lo que estaba viviendo para ayudar a otros.

Desamor a punto de cumplir los 60 | Inspiración en ratos libres


Las páginas de su obra surgieron literalmente de 60 papelitos que fue escribiendo por las noches y en sus ratos libres, entre hojas sueltas y hasta en una factura del servicio de agua. Muestran sus versos, escritos de puño y letra (sólo el prólogo y el epílogo están tipeados en computadora) porque justamente eso era lo que este vecino buscaba: expresarse de la manera más cercana posible, incluso sabiendo que no estaba siguiendo las reglas de la literatura. 

La gorra del Deportivo Roca, el club de sus amores, donde ejerce como DT – Foto: Andrés Maripe.

Hoy el depósito de la sucursal de una conocida cadena de supermercados, sobre calle Tucumán casi Santa Cruz, lo ven caminar a diario, preparando mercadería que llegará a las góndolas. En otro tiempo, el desaparecido “Kimar” también lo tuvo en su equipo. Pero hace 40 años, Marcelo era ese estudiante del Domingo Savio que se animaba a pedirle ayuda a una profesora para traducir en versos esas primeras ilusiones que movilizaban su adolescencia. Esa experiencia fue creciendo con el tiempo y por eso, siempre fue el de “las palabras lindas para dedicarnos algo”, dijo su amigo Ariel Ossés, conocido comunicador roquense. 

“Escribir es una terapia fantástica y gratuita”, opinó Marcelo, en diálogo con este medio. ¿Y cómo no necesitarla después de la partida de su madre, la ruptura de su matrimonio y la pérdida de su trabajo? El panorama hace algunos años se mostraba oscuro delante suyo, cuando a eso le sumó que se volvió a enamorar y no fue correspondido. Podría haberse hundido del todo, pero él eligió desmenuzarlo en rimas y reflexiones.

Desamor a punto de cumplir los 60 | Reprimir emociones


“Tengo amigos de mi edad, otros más jóvenes y otros incluso mayores que yo, y noto que los de mi generación tenemos una traba generalizada para permitirnos sentir las emociones. Quedamos en el medio, entre una crianza rígida y todo lo que tuvimos que aprender a la fuerza en los últimos 20 años. Hablarle de ‘duelo’ a un tipo de más de 60 es para que te mire raro, es muy nuevo, pero me ha pasado que gente cercana se ha enfermado por no terminar de procesar sus pérdidas”, opinó Marcelo.

Creyente, aunque no profesa una fe en particular, confía que fue Dios el que, metafóricamente, lo sentó y le dijo “escribí”. Después fueron varios compañeros de trabajo y amigos los que le insistieron para que se anime a editarlo. En poco más de un año el proyecto estaba listo, hoy disponible en una librería céntrica, también sobre calle Tucumán. 

«Despojos» es el título que eligió para este libro vivencial – Foto: Andrés Maripe.

Con todos los recuerdos latentes y el cariño de sus cuatro hijos, que se reparten entre Roca, La Plata y Alemania, este roquense puede mirar a la distancia y asumir su nueva realidad, aunque algunas cicatrices aún le sigan doliendo un poco. “Él es el alma de la fiesta, el alma de nuestras juntadas, puede estar partido al medio pero no te lo va a demostrar. Por eso nos identificamos con los payasos”, aseguró su amigo Ariel. Así lo demuestran sus fotos y recuerdos en redes sociales: en su momento el humor le trajo proyectos y alegrías, como con los disfraces y “El Siestero Trio Show”, salido de un programa de radio. De la misma manera ocurre hoy con las poesías y los relatos, aunque Marcelo crea que el título de “escritor” le queda muy grande.

Lejos de sacar algún rédito económico con todo esto, espera que sus vivencias le sirvan a otros, “para que no sientan que son los únicos locos a los que les puede pasar algo parecido”. “Exponéte, papá, que no pasa nada”, reafirmó.

Algo de lo publicado en «Despojos».
«TQCEA»: «Te quiero con el alma», la sigla con la que firma.
Foto con Toto, su «compañero de horas largas…».

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    Desamor tras una separación, después de 35 años de casado. Y desamor cuando no fue correspondido ese flechazo que lo sorprendió, llegando casi a los 60. La historia pertenece a un trabajador de supermercado, técnico de fútbol adaptado, que se animó a hacer lo que muchos hombres de su edad no se permiten: reconocer lo que sienten y ponerlo en palabras. Su libro “Despojos”, editado por un taller de Roca, fue el resultado de ese proceso. 

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