Marginalidad, drogas, el fierro y sangre en la casa: las claves del femicidio de Nicole Posada en Roca
La segunda jornada del juicio por el femicidio de Nicole Posada en Roca reveló detalles estremecedores: una escena de horror, un hierro ensangrentado y años de violencia. Cómo era el escenario donde encontraron a la víctima
Un fierro descansaba en el suelo. Pesado, sucio, con manchas rojas aún frescas, era el arma muda de una tragedia que parecía llegar tarde o temprano. La escena era como la de una pesadilla sin salida: sangre en el piso y en un colchón, basura acumulada, humedad y abandono. En ese lugar, el consumo y la marginalidad eran parte de un mismo paisaje cotidiano. Ahí la violencia no sorprendía: era rutina. Pero esa madrugada todo se desbordó. La historia de Nicole Posada, la madre de seis hijos, encontró un fin más cruel en la misma casa donde alguna vez intentó sobrevivir. Así fueron los detalles de la segunda instancia del juicio por jurados que hizo sentar en el banquillo a Oscar Carriqueo, pareja de la víctima y único imputado.
El auditorio del Poder Judicial de Roca volvió a abrir sus puertas para el juicio por el femicidio de Nicole, pero la jornada no comenzó como estaba previsto. Uno de los integrantes del jurado popular se descompuso, y eso demoró más de una hora el inicio de una audiencia clave: aquella que revelaría los detalles técnicos de una de las escenas más brutales que recuerde la ciudad.

Nicole tenía 27 años. Su cuerpo fue encontrado en la vereda, frente a la casa en la que convivía con Oscar Carriqueo, padre de cinco de sus seis hijos y hoy imputado por femicidio. Según la Fiscalía, la madrugada del 17 de febrero de 2024, un golpe certero con un fierro metálico terminó con su vida, en el marco de una relación marcada por años de violencia.
Peritos de Criminalística: la escena de una tragedia
El foco de la segunda jornada del juicio estuvo puesto en los testimonios del Gabinete de Criminalística. Tres agentes que trabajaron en la escena del crimen declararon ante el jurado y describieron un cuadro impactante.
Un cabo fue el primero en declarar. Relató cómo fueron recolectando muestras de sangre, objetos y registros fotográficos. Su aporte dejó entrever que habían muchos indicios con manchas de sangre dentro de la vivienda, pese a que el cuerpo se encontraba mayormente fuera de la casa.
También describió cómo estaba la sangre que se encontró en el hierro con el que acusan a Carriqueo de golpear a Nicole. Detalló que se trataba de un hierro de aproximadamente 1,2 metros de longitud, con relleno dentro y sólido, de un kilogramo aproximadamente. Ese objeto, según la acusación, fue el arma homicida.

El segundo en pasar a testificar fue un subcomisario y jefe del Gabinete. A través de sus recuerdos, se pudo establecer en qué posición fue encontrada la víctima ya sin vida.
Apoyados en el registro fotográfico de la aterradora escena, se pudo pintar cómo era panorama dentro de la vivienda: era paupérrimo. Había basura, humedad, prendas tiradas por todos lados, una dejadez total en cuanto a la salubridad e higiene hogareña. Algo que , según comentó, «venía de larga data».
Además, indicó que había sangre fresca en prendas y en un colchón. El perito habló de fluidez en el contenido símil hemática, refiriéndose a que la presunta sangre no se encontraba seca ni «acartonada», como suele decirse cuando pasa algún tiempo.
«Se hacía difícil pensar que adentro vivían personas», Describió que el lugar marcaba un claro sendero por donde podría haberse protagonizado un incidente y, por lo tanto, se volvió una posible «escena del crimen». «Había cosas fuera de lo normal», dijo el agente.
«Una escena fuera de lo normal»
El jefe del Gabinete de Criminalística reforzó la imagen de caos. Confirmó que la víctima fue hallada con la cabeza orientada hacia la puerta, como si hubiese intentado salir.
Dentro de la vivienda, la sangre fresca en colchones y prendas reforzaba la hipótesis de un ataque ocurrido adentro. La falta total de higiene, el desorden y los residuos acumulados durante años transformaron la casa en un escenario de marginalidad extrema.

«Había cosas fuera de lo normal», declaró el agente. Y agregó que todo indicaba que este no fue un hecho aislado, sino parte de una dinámica de violencia sostenida. En ese contexto, el testimonio del perito fue crucial para delinear la hipótesis que la fiscalía intenta sostener ante el jurado: un femicidio en contexto de violencia de género.
La testigo que escuchó gritos
Entre los testimonios más conmovedores de la jornada estuvo el de una vecina, cuñada del acusado y testigo presencial de parte de la madrugada trágica. Vivía en la casa contigua a la de Nicole y Carriqueo. Dijo haber escuchado gritos alrededor de las 3 de la mañana. «Parecía que Nicole pedía plata», relató. Perturbada por los ruidos, subió el volumen del televisor para que su hijo no se despertara.

Pero la tensión no terminó ahí. A las 6:30, Carriqueo irrumpió con gritos desesperados. «¿Cómo que no vieron nada?«, les gritó a ella y a su amiga. Según contó, el imputado intentó hacerle maniobras de RCP a Nicole, quien ya estaba sin vida. Fue esta mujer la que llamó al 911 y la que luego se hizo cargo, al menos momentáneamente, de los cinco niños que quedaron huérfanos de madre y con un padre acusado de matarla.
Una mentira a los hijos
Uno de los pasajes más crudos del juicio fue cuando la vecina testigo contó que Carriqueo les dijo a sus hijos que, si alguien preguntaba, Nicole había salido a comprar pañales.
Siguiendo con las consultas, la testigo pensó que Nicole se había ido a comprar cocaína. Algo que relató como habitual. «Había venido de madrugada a pedirle a mi amiga que la llevara a comprar droga», dijo.
La mujer que declaró fue quien resguardó a los chicos mientras llegaban los servicios de emergencia. Su testimonio aportó no solo información clave sobre la secuencia del hecho, sino también sobre la rutina de la pareja, las peleas previas, y el deterioro social en el que se desenvolvía la familia.
Una historia atravesada por la violencia
La fiscal jefe, Teresa Giuffrida, expuso durante la audiencia anterior que lo ocurrido no fue un hecho repentino. La relación entre Nicole y Carriqueo estaba atravesada por años de violencia física, psicológica y económica. Vivían en un contexto de extrema vulnerabilidad, atravesado por consumos problemáticos y una situación habitacional crítica.
Pero Giuffrida fue enfática: «La justicia es dar a cada uno lo suyo. Y en este caso, es hacer que Nicole recupere su historia». El relato del Ministerio Público se sostiene sobre el vínculo de convivencia, los antecedentes de violencia y la brutalidad del ataque.
Una muerte frente a casa
El cuerpo de Nicole Posada fue hallado en la vereda de su casa, sobre la calle Tránsito Toledo. El 17 de febrero de 2024 amaneció con la noticia del femicidio y la ciudad se conmovió. Hubo movilizaciones, reclamos y un pedido de justicia que se mantiene hasta hoy.
La Fiscalía sostiene que Nicole intentó salir a pedir ayuda, pero que el golpe recibido fue letal. La prueba forense reveló que murió por una combinación de traumatismo de cráneo, edema cerebral y una falla pulmonar. Ese mismo día, Carriqueo fue detenido.
Un juicio con jurado popular
El juicio se realiza con jurado popular: doce ciudadanos y ciudadanas comunes de Roca tienen la responsabilidad de definir la culpabilidad de Oscar Carriqueo. El juez técnico es quien orienta el proceso, regula las preguntas y explica los alcances jurídicos. Pero la decisión final será del jurado.
Durante las próximas jornadas, se espera el testimonio de casi 30 personas. Cada una aportará una parte del rompecabezas. El Ministerio Público Fiscal y la querella acusan a Carriqueo por homicidio doblemente agravado: por el vínculo y por mediar violencia de género, según los artículos 45 y 80 incisos 1 y 11 del Código Penal. De ser hallado culpable, la pena será prisión perpetua.
“Este no fue el primer golpe que tuvo Nicole —dijo la fiscal Giuffrida— pero sí fue el último. El que terminó con su vida”.
Un fierro descansaba en el suelo. Pesado, sucio, con manchas rojas aún frescas, era el arma muda de una tragedia que parecía llegar tarde o temprano. La escena era como la de una pesadilla sin salida: sangre en el piso y en un colchón, basura acumulada, humedad y abandono. En ese lugar, el consumo y la marginalidad eran parte de un mismo paisaje cotidiano. Ahí la violencia no sorprendía: era rutina. Pero esa madrugada todo se desbordó. La historia de Nicole Posada, la madre de seis hijos, encontró un fin más cruel en la misma casa donde alguna vez intentó sobrevivir. Así fueron los detalles de la segunda instancia del juicio por jurados que hizo sentar en el banquillo a Oscar Carriqueo, pareja de la víctima y único imputado.
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