10 años de un sueño: Allen fue pionera en el trabajo con perros para discapacidad
Los “Martes de perros” fueron una iniciativa que se desarrolló en la Escuela Laboral N° 3, ayudando a las y los estudiantes a sumar herramientas para su independencia. Uno de sus impulsores recordó los beneficios y cuestionó las trabas que impidieron repetirla.
Faltan días para el Aniversario de Allen y los pasillos de la Escuela Laboral están movilizados: preparan y esperan vender casi 200 porciones del tradicional locro. Necesitan el dinero recaudado para comprar los insumos de sus talleres, ya que no reciben fondos suficientes desde Provincia. En una región que todavía no termina de ser inclusiva, el empuje de este colegio por mejorar la calidad de vida de sus estudiantes no es nuevo y como muestra de eso, hace 10 años activaron una experiencia pionera en Río Negro: las intervenciones con “animales de asistencia”.
Hoy ya jubilado, Luis Ayala fue quien soñó imaginando la conexión que podría surgir entre sus alumnos y la sabiduría de tres perros carismáticos. Hace 31 años se convertía en el profesor del taller de carpintería de la “Laboral”, desde su oficio como maestro mayor de obras, pero enseguida entendió que debía entregar algo más. 20 años después, ya con mucha experiencia en su haber y el ejemplo que conoció de la asociación civil internacional Bocalán, se animó a probar esta idea, acompañado por Carla Barrionuevo (profesora de Educación Física).
Una decena de jóvenes con distintos tipos y grados de discapacidad fueron los que recibieron así a “Juan”, “Andy” y “Rocky”, en el marco del taller de Autovalimiento. Un preceptor, alguno de los profesores del staff y las gestiones en Supervisión de la exdirectora Andrea Ponce completaron el grupo de cada “martes de perros”, como empezaron a llamarlos.
Rescatado de la calle, “Juan” había llegado a la vida de Luis cuando el miedo por su salud lo tenía preocupado. Carlos, un querido amigo, había fallecido a causa de un cáncer de pulmón y sin querer él empezó a notar que empezaba a sufrir los mismos dolores, característicos de la enfermedad. Ya había dejado de fumar pero el panorama lo obligó a hacerse una serie de chequeos, sospechando de que se repitiera la historia. Cuando los estudios confirmaron que no había una causa grave, el alivio fue tan grande que este vecino pensó que tenía que agradecer a la vida, con algún buen gesto hacia alguien más.
Allen fue pionera en el trabajo con perros para discapacidad | Agradecer
En esos pensamientos estaba cuando, a la salida de la desaparecida Clínica Santa Catalina, pasó por la plaza San Martín y allí estaba ese morocho, hasta entonces un simpático “callejero”, esperándolo como cada vez que se cruzaban, de casualidad. “Si me sigue hasta mi casa, se queda”, pensó, mientras un par de ojos tiernos lo saludaban entre el pelaje oscuro, en una tarde de llovizna.
No sólo que jamás se volvieron a separar, sino que al poco tiempo “Juan” demostró que era el postulante ideal para motivar a los estudiantes: sereno, pensante, no resolvía conflictos con violencia, se dejaba conducir, no le molestaba estar entre mucha gente, ni pasar mucho tiempo con los demás. Lo acompañaron padre e hijo, los dos Golden Retriever de Carla, con temperamentos similares, algo fundamental para que estos ayudantes puedan cumplir con su función como “eje emocional” de adolescentes que necesitan tomar confianza en actividades fundamentales, como comprar en el supermercado, pasear en una plaza, moverse en la cocina del hogar, cargar la tarjeta del colectivo o manejar dinero.
Desde esa perspectiva, la prueba piloto de tres meses que se llamó los “Martes de perros”, incluyó pedidos de visitas a varias escuelas y hasta una capacitación de entrenamiento en Allen con Victoria Cisneros, integrante justamente de Bocalán Argentina. Todo en conjunto, dejó el mejor balance y las fotos así lo demuestran: avances concretos, las sonrisas y el disfrute a la hora de experimentar, de sentirse capaces, en jóvenes que en su mayoría, por la economía de sus familias, no podrían recibir una estimulación similar en forma privada. Todos y cada uno pudieron ingeniárselas para hacerse entender con los animales y sentir, en esa práctica sencilla, que podían “salir a la vida” con mejores herramientas.
Allen fue pionera en el trabajo con perros para discapacidad | Legado
Conscientes de que iba a durar por un tiempo establecido y de que las trabas presupuestarias y burocráticas siempre obligan a que “las urgencias desplacen lo importante”, Luis y Carla confirmaron que no era viable continuar, por falta de cargos específicos, viáticos para movilidad, falta de un trabajo articulado y de formación de más animales para la labor.
Sincero, este docente reconoció que extraña a sus alumnos, pero no al sistema. Pero eso no le quita, sin embargo, la satisfacción de lo hecho. Siempre conectado a la labor con los animales, como en la actualidad, sabe en el fondo que será cuestión de que alguien más tome la posta, y en una de esas, se pueda volver a soñar.
Faltan días para el Aniversario de Allen y los pasillos de la Escuela Laboral están movilizados: preparan y esperan vender casi 200 porciones del tradicional locro. Necesitan el dinero recaudado para comprar los insumos de sus talleres, ya que no reciben fondos suficientes desde Provincia. En una región que todavía no termina de ser inclusiva, el empuje de este colegio por mejorar la calidad de vida de sus estudiantes no es nuevo y como muestra de eso, hace 10 años activaron una experiencia pionera en Río Negro: las intervenciones con “animales de asistencia”.
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