Dos astrónomos argentinos participaron del descubrimiento de un inusual tipo de estrella enana blanca

Dos científicos del Conicet en el Instituto de Astrofísica de La Plata detectaron un inusual tipo de estrella a partir de una observación en el Gran Telescopio Canarias, uno de los más potentes del mundo. Se trata de la estrella enana blanca con más variaciones de brillo detectadas hasta el momento.

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Este descubrimiento se publicó en The Astrophysical Journal Letters, la revista especializada más importante a nivel internacional, con la colaboración de astrónomos norteamericanos y españoles.

Solo se conocen ocho tipos de estrellas en toda la galaxia. Las enanas blancas ultramasivas pulsantes son estrellas en su etapa final de vida que, como característica particular, albergan una masa enorme condensada en un tamaño relativamente pequeño. Además, tienen un brillo cuya intensidad oscila periódicamente.

La nueva estrella se llama WD J0135+5722 y fue encontrada en la misma región que habita el resto de enanas blancas de su tipo. “Es cerca de nuestro planeta, dentro de la zona que se conoce como vecindad solar. Esta estrella está ubicada a unos 160 años luz de la Tierra”, señaló Alejandro Córsico, uno de los autores del trabajo, y agregó: “Que aparezca allí no es azaroso; precisamente es esa cercanía la que permite su detección, ya que si fuera más lejana no podría verse siquiera, como en este caso, a través de un potente telescopio. Aunque es muy masiva, no es gigantesca, sino todo lo contrario«.

“Las estrellas normales -detalló-, cuanta más masa tienen, mayor es el radio que abarcan. En cambio, en las enanas blancas, a más cantidad de masa, más compactas y pequeñas son, lo que las hace muy difíciles de detectar”.

Pero hay otro dato llamativo: el número de pulsaciones detectadas es más del doble de lo máximo que se había observado hasta ahora. Las pulsaciones, describió, son vibraciones que se producen por lapsos de algunos minutos en el interior de ciertas enanas blancas debido a ciertos desequilibrios térmicos y que producen variaciones en su brillo.

“Nuestras interpretaciones de las imágenes y datos captados nos permitieron detectar 19 modos o períodos de pulsación, mientras que en otras enanas blancas nunca se habían encontrado más de ocho”, subrayó Francisco De Gerónimo, investigador del Conicet en el IALP y primer autor de la publicación científica.

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¿Por qué importa la cantidad de pulsaciones? “Porque cada oscilación del brillo nos brinda información muy valiosa acerca de la composición de una región en particular de la estrella, entonces, cuantas más pulsaciones localizamos, más datos obtenemos y eso nos permite ir descifrando la estructura interna de la estrella, cómo están formadas sus distintas capas, su núcleo, y con esto podemos ir hacia atrás e inferir su origen y evolución”, argumentó.

Este hallazgo se concretó a través de observaciones en el Gran Telescopio Canarias, un poderoso instrumento óptico en Islas Canarias, en España, que tiene uno de los espejos reflectarios más grandes del mundo, con 10,4 metros de diámetro. Esta tarea estuvo a cargo de investigadores españoles que les facilitaron las imágenes y datos a los argentinos. A su vez, colegas norteamericanos ya habían detectado a la estrella con solo dos de sus pulsaciones desde el Observatorio Apache Point (Nuevo México). “Es un claro ejemplo de que Argentina puede participar de descubrimientos importantes si se asocia con otros países con mayores recursos: nosotros aportamos los cálculos teóricos para modelar la estrella”, apuntó De Gerónimo.

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