Katy, de Andacollo a Manzano Amargo para descubrir las cascadas entre la nieve en el norte neuquino: «Vengan a ver esto»

Kathari Nicloux recorrió tres cascadas entre la nieve y los colores del otoño en el norte de Neuquén. Aquí cuenta su experiencia e invita a descubrir las maravillas de su tierra. Cómo llegar a esta joya de la Patagonia.

En el norte neuquino, hay una joya que vale la pena descubrir. Su nombre es Manzano Amargo y está a 528 km y unas siete horas de auto de la capital provincial. Muchos van en verano, cuando bajan las aguas de deshielo y dan vida al increíble circuito de cascadas entra tanta naturaleza virgen donde lo único rutinario es la sorpresa. Pero ir en otoño también es mágico. Y si no, preguntale a Katy: su amigo, el fotógrafo Martin Muñoz, la invitó a una recorrida y todavía no puede creer lo que vio.

Katy en la cascada Escondida de Manzano Amargo, en el norte neuquino y sus mágicos colores de otoño. Foto: Martín Muñoz.

El norte neuquino ya no es el secreto mejor guardado

Durante mucho tiempo la belleza agreste y la calidez de la gente de ese norte de Neuquén afortunadamente aislado como tan bien describe Don Isidro Belver fue uno de los secretos mejor guardados de la Patagonia. Ya no. Pocos años atrás, no eran tanto los que se maravillaban con los ríos de deshielo, las lagunas y sus truchas inolvidables, los cóndores que sobrevuelan imponentes, los arrieros que avanzan a caballo por las huellas y las rutas con sus chivas y ovejas en el largo viaje hacia las tierras de veranada en busca de las pasturas para sus animales. Tampoco con las fumarolas y los géiseres donde brotan a altas temperaturas las aguas termales al pie del volcán Domuyo, las cascadas a la vista o escondidas, los arroyos que se encajonan entre altos paredones, los horizontes infinitos hasta que irrumpen los picos nevados, los caminos de tierra que llevan a la cordillera hasta que te metés entre las montañas y los cerros, con Chile del otro lado y Mendoza arriba.

La cascada Chica. Foto: Martín Muñoz.

Y si en los últimos veranos cada vez más turistas viajaron, aún hay muchos que no saben es que el otoño también es una gran oportunidad. Por ejemplo, para ver las cascadas entre la nieve, siempre que la nieve no tape el camino y se pueda llegar. Si el frío es extremo, también puede pasar que se congelen, como pasó con La Fragua, doble espectáculo y recuerdo para toda la vida.

En el mirador de la cascada La Fragua. Foto: Martín Muñoz.

Eso, ir en otoño, es lo que acaba de hacer Kathari Nicloux, que llegó desde Andacollo, a 70 kilómetros. Para eso hay que tomar la Ruta Provincial 43, que está asfaltada hasta Las Ovejas, aunque se pavimentarán los 11 km que siguen hasta el Mirador La Puntilla. De momento, desde Las Ovejas hay que seguir por el ripio y chequear el estado de las rutas en el parte diario de Dirección Provincial de Vialidad del Neuquén o llamar al 0810-333-7882.

A unos 18 km, si doblás a la derecha la 43 sigue hacia Varvarco cruzando el río Neuquén por el puente. Pero antes hay una bifurcación. ¿Para dónde ir? Ojalá todos los dilemas fueran así de lindos: las dos opciones son gloriosas. Ese es el punto donde nace la Ruta Provincial 54, si seguís derecho son 95 km hasta las lagunas de Los Cerrillos, uno de esos viajes que hay que hacer una vez en la vida, aunque lo recomendable es en verano.

Hoy, cerca del fin del otoño, con el paseo de Katy y las fotos de Martín, vamos a recorrer los primeros 21 hasta Manzano Amargo. Y de ahí unos 10 km más con las tres cascadas rodeadas de nieve: La Fragua, la Chica, la Escondida. Así lo cuenta ella.


«Escuchar el agua, ver la nieve, los colores del otoño»

Nieve, cascada y otoño: mágico norte neuquino. Foto: Martín Muñoz.

El relato de Katy: «Pude conocer las cascadas de Manzano Amargo en esta temporada otoñal y la suerte de presenciar las primeras nevadas sobre ellas. ¿La verdad? Es un lujo estar en estos lugares, estar bien cerca de cada una y escuchar caer el agua mientras mirás alrededor los colores de otoño sobre los árboles», dice.

Postal inolvidable del otoño en el norte neuquino.

Recuerda cada detalle de ese paseo: «La paz que se siente al estar ahí mientras compartís un mate o lo que fuera es de otro nivel. Si te gusta la naturaleza y buscás relajarte lo recomiendo al 100%», continúa.

La Fragua en otoño.

En el mirador de La Fragua. Fotos: Martín Muñoz.

Y agrega que todo el norte neuquino esconde maravillas para descubrir. Invita a visitarlas: «Quedás enamorada de cada una».


Cómo llegar a Manzano Amargo

Si tomamos como referencia Neuquén capital, hay que ir por la ruta nacional 22 hasta Zapala, empalmar con la mítica ruta nacional 40 hasta Chos Malal (podés cargar combustible) y ahí tomar la espectacular ruta provincial 43, pasar por Andacollo (también podés cargar combustible), Villa Nahueve y Las Ovejas, donde termina el asfalto. Seguís por el ripio y unos 18 km más adelante, cuando la 43 dobla a la derecha hacia Varvarco, nace la también espectacular Ruta 54. Son 21 km más hasta Manzano Amargo.

Unos 5 km después de esa bifurcación cruzás un puente sobre un arroyo (buen lugar para hacer unas fotos del volcán Domuyo) y desde ahí vas bordeando el río en un camino encajonado entre paredones y rocas, donde están las condoreras. Es tan lindo que te va a dar ganas de parar a cara rato a contemplar el paisaje en silencio y sorprendente con el vuelo de los cóndores. También es el hábitat de otras aves de monte y las acuáticas. Este tramo es uno de los lugares preferidos de los pescadores durante la temporada.

En Manzano Amargo vas a encontrar cuatro despensas abiertas, wifi, señal de celular y cabañas. 

Más informaciónTurismo de Manzano Amargo: +54 9 2942 68-1061


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